En la vida de un autónomo, es esencial evaluar si su estructura jurídica es la más eficiente y segura. Los autónomos asumen todos los riesgos con su patrimonio personal y, al crecer, enfrentan más presión fiscal y limitaciones en la deducción de gastos, lo que puede afectar su estabilidad financiera. Cambiar a una sociedad mercantil ofrece ventajas como mayor deducibilidad, un tipo impositivo más bajo y limitar la responsabilidad personal, pero también implica desafíos como mayor complejidad fiscal y riesgo de recalificación de rentas.