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DE AUTÓNOMO A EMPRESARIO
RAZONES PARA DAR EL PASO

A lo largo de la vida laboral de un trabajador por cuenta propia pueden ocurrir una diversidad de sucesos que le empujen a decidir si su situación jurídica es la más eficaz frente al mercado, la más segura frente a los acreedores y sobre todo, la más rentable frente a nuestro agresivo sistema fiscal.
El autónomo es una persona física que responde con todo su patrimonio de los riesgos que genera su actividad, incluso aquellas actividades profesionales que pudieran parecer más sencillas e inocuas podrían hacer que se enfrente a un verdadero quebradero de cabeza al ser demandado por un cliente insatisfecho.
Cuanto mejor funciona el negocio y más beneficios parece ofrecer, tanto más atacados por el sistema tributario están los autónomos. La deducibilidad del régimen de autónomos de los gastos asociados a la actividad, en muchas ocasiones se le marcan tantas trabas que finalmente no se le da margen de crecimiento a dicho trabajador, exponiéndolo a pérdidas si no se remedia dicha situación de algún modo, solución que en ocasiones el autónomo por puro desconocimiento genera mayores problemas con la hacienda española quien no entiende de errores u omisiones, y si ya los márgenes de subsistencia son estrechos en ocasiones, cuando la AEAT centra su actividad frente a un supuesto infractor, lo asfixia.
Frente a la voracidad que la AEAT pueda tener contra los autónomos, con las limitaciones a la deducibilidad de ciertos gastos que son propios de la actividad o el absurdo de condicionar la afectación a la actividad en el IRPF del vehículo que se usa para el desarrollo de dicha actividad a una afectación del 100% o del 0% mientras que en el IVA es pacífica una afectación del 50%, frente a estas absurdas situaciones, tenemos un sistema de impuesto de sociedades, la cual es el reflejo del resultado contable (con ciertas matizaciones materializadas en los ajustes fiscales)

Las razones para el cambio de Autónomo a persona jurídica podrían resumirse en las siguientes:

El régimen de deducibilidad previsto en el impuesto de sociedades es infinitamente más benevolente que en el régimen del IRPF siendo autónomo.
El impuesto de sociedades tributa al 25% de forma general, mientras que el IRPF con unos ingresos suficientes puedes estar perdiendo como autónomo más del 50% de los “beneficios”, por supuesto se entrecomilla debido a que no todos los gastos se permite su deducibilidad y ello supone finalmente un sobrecoste para el autónomo quien tiene que pagar por trabajar y pagar para poder obtener beneficios.
La diferencia mercantil entre el régimen de autónomos y el societario en cuanto a la posibilidad de obtener inversión supone una diferencia crucial para el crecimiento del negocio.
La limitación de responsabilidad también es un poderoso atractivo para cambiar el régimen cuando el volumen de negocio adquiere una dimensión mayor puesto que los riesgos asumidos pueden estar suponiendo una quiebra para el patrimonio personal y familiar.

No obstante, hay una serie de desventajas a tener en cuenta:

Si bien es cierto que el régimen fiscal es de mayor atractivo, requiere de una correcta planificación y por otro lado es necesario contar con el coste que supone llevar una contabilidad.
En caso de Sociedad Profesional, hay que tener en cuenta que si la AEAT considera que simplemente se está interponiendo la sociedad para eludir la fiscalidad del IRPF se podrían atribuir las rentas obtenidas por la sociedad al IRPF del socio profesional, por ello hay que tener en cuenta las condiciones impuestas por la AEAT a fin de mantener una actividad empresarial pura.
Por último y no menos importante, hay que realizar unos estatutos societarios en condiciones para poder contemplar todas aquellas situaciones que se pueden dar a lo largo de la vida de una persona jurídica.

Precisamente para poder lidiar con todos los impedimentos que impone la AEAT se necesita de personal especializado que comprenda y conozca la normativa tributaria y pueda ayudar a su empresa a prosperar haciéndose cargo y asesorarles de todos los supuestos mercantiles y tributarios que traten de trabar su brillante futuro.
Desde CasusBelliAdvocats, sean autónomos o empresarios y; sobre todo si están pensando en dar el paso a mejorar su fiscalidad y mantener una actividad lo más rentable posible, les ofrecemos nuestros servicios para llevar a buen puerto su negocio y ayudarle a crecer, contará con personal especializado y que está al tanto de las novedades legislativas día a día sobre los cambios que se van sucediendo. Le brindaremos el asesoramiento necesario para poder desarrollar su actividad sin preocupación alguna.

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